Estrella clara

No te inquietes
nada pasa,
aunque cambie lo creado
está todo en calma,
y si elijo mi vivir
tienes tu sitio sin falta,

por ser en mí mundo

eslabón que enlaza.

En mis espacios te encuentras
y en mis noches blancas,
en mis pensamientos buenos
y entre las sábanas,
que abrazarte mientras duermo
me ofrece paz en el alma,
por eso tienes tu hueco
en mi esfera sana,
que a la loca que anda suelta,
le guía la estrella clara.

No te inquietes,
estate en calma,

aunque en el cielo me pierda,

por ahí anda la estrella clara.
para que sepas que nada pasa.

Jugando aprendimos

Se escaparon los tiempos
en que éramos niños
colmados de gestos
que dejaban sitio
para jugar sueltos
y expresar sin tino
que éramos siendo
un mundo de niños.

Se han ido marchando
las viejas labores
que con los amigos
aplastaban flores
y en casas abandonadas
montábamos cobijo
como hacen los pájaros
cuando quieren nido.

Entre caídas y risas
aprendimos sitios,
descubrimos olores
y alguno a ser pillo,
el momento dejaba
saltar  al infinito
y así con los juegos
poder coger brío.

Jugando aprendimos
de nuestros errores
como enjaular grillos
y algunos ratones
o tirar petardos
en escondidos rincones,

incluso a dar un beso

a los primeros amores.

Revueltos del alma

Revueltas las faldas
por recuerdos fieros
que quitan la calma
llevando a un infierno
donde el fuego quema
lo bueno y lo cierto.

El pelo revuelto
y haciéndose nudos
que deshacerlos luego
costará su mundo,
ese que desde dentro
sacude lo obtuso
para que salga fuera
a vagar sin rumbo.

Revueltos del alma,
revuelto lo oscuro
que recuerda sombras
y crueles apuros
de vidas pasadas
y feo inframundo,
de dolores en danza
duros y profundos.

Abrazando el agua

Iremos a vernos

sumergidos en aguas,

las que inundan mis ojos

y encienden tu llama,

nadando entre los chorros

del manantial que salta,

apostando por seguir dando

lo que nos salga.

Y nos sale luz y vida,

sumas de almas,

nuevos brotes de sabia

de nuestros viejos árboles

vestidos de paz y calma,

así que abrazando el agua,

las burbujas revoltosas

harán cosquillas que cantan,

con sonidos de colores

impregnaran nuestra estancia

y recordando qué somos

desplegaremos las alas.

Dureza

Quizás la dureza de los tiempos

endurecieron tu vida

y el reflejo de lo sentido

quedó agarrado en las simas,

las que se fueron abriendo sin pausa

y que aún permanecen vivas,

poniendo distancia al tiempo

y sequedad a la dicha.

Tal vez la inmadurez de calma

puso el miedo en tu sonrisa

y los pesos pesados del destino

aplastaron en ti risas

y el remar contra corriente

sin esos remos que alivian,

puso dureza en la mente

y desapego en heridas.

Dureza que rompe calmas,

dureza de piel que irrita,

dureza que lágrimas saca,

dureza de ausencia que mortifica,

dureza que espero un día pase

dejando tu agua clara, limpia y cristalina. 

Vuelta al sol

Soltar el cariño
y esperar la vuelta
que en el pasar de los años
vendrán de nuevo a tu vera,
trayendo sus grandes manos,
las que un día fueron tiernas
y bajo un jersey amarillo
asomarán mentes abiertas,
abrazándose al olvido
de lo que les dejó huella.

Recordarán lo bonito,
lo blanco de sus vivencias,
alejaran sus sinsabores
y valorarán proezas,
sabrán lo que sí vivieron
recogiendo su cosecha,
mirarán con otro mimo
sus mitos y sus leyendas,
descartarán lo rancio
y sabrán beber la belleza

que traen a cuestas.

Darán la vuelta a su sol,
ese que creo su esencia
y en el calor de su vientre
cobijo y dio vida
entre nubes y tormentas,

sol que un día apagaron

para helarle con su ausencia,

sol que en sus días nublados

no puedo dar calor

ni luz directa.

Como hojas

Como hojas en otoño
será nuestra presencia

para los que quedan,

ya que dejaremos rastro 

en los huecos de su mente

y en una memoria eterna,
como las hojas de otoño

al caer mullen el suelo

siendo cama que calienta.

Seremos como hojas en otoño,

nodrizas en el bosque

de la gente que nos rodea
y en la nueva primavera
nutriremos a la raíz que nos dio vida
y a las ramas nuevas,
para caer las hojas  de nuevo,
cuando en nuevo otoño
un ciclo termina 

y otro comienza.

Otoño

Bonita la vida
a veces marchita
como un viejo otoño
de hojas rojizas,

cual árbol con musgo

cruzando la orilla,

igual que la espiga

acaba en semilla.

Al llegar otoño 
entre calabazas
vas llenando ciclos
pleno de esperanzas,

esperando el día

en el que vida

sea tan bonita

como la adivinas.

En este tu otoño
de cálidos tonos,
de frías tus manos
de musgo en lo hondo,
esperas que un alma
anide a tu lado
para dar belleza
a ese sabio humano.

Y meciendo las canas
para darles brillo
aguardas que alguien
te mire prendido
de tu otoño ardiente
por algunos sueños,
que quieres encenderlos
porque estás vivo por dentro,
tu otoño y su otoño
solo quieres eso,

en la paz infinita

que da un finito beso.

Como los de antes

Niño como los de antes
feliz con sus caballitos,
con sus motos,
con sus ruedas,
haciendo ruidos continuos,
como si un avión volara
o un camión llevara un bicho.

Con dos dientes ya cascados
por las artes de ser crío,
come lo que hay en la mesa
y bebe el agua por sí mismo,
llama por su nombre al mundo
y el mundo le hace su sitio.

Como un niño está viviendo
sin móvil en los bolsillos,
sin videojuegos o historias
que le atolondren su sino;
vive jugando con sus camiones,
con sus ruidos y sus sentidos
y en su personalidad marcada
va haciendo su propio camino.

Torpe quiebro

Danzando alegrías
nos mueven los pasos
me guías con diestra
y enérgica mano,
meciendo tu instinto
en el mientras tanto.

Te vi al momento

en el primer cambio,

en mirada furtiva
hecha de soslayo,
porque las patas cortas
nunca dieron grandes saltos
y aunque torpe en lo que veo
eso resultó muy claro,
me di cuenta en el instante
en que cogiste otras manos.

Torpe quiebro
que me lo dejó claro,
juego de juegos
anteriormente bailados,
tontas las vueltas,
los giros y arrimados,
torpe quiebro
en un torpe momento
totalmente innecesario,

porque de amores furtivos

tengo el tiempo ya pasado

y jugar a conquistadores

mes resulta absurdo

además de trasnochado.

Ausencia

Ausencia arrogante
que apaga un consuelo,
ausencia carente

de estímulo tierno,
convertida en prepotencia 
incomodando el momento.

Ausencia engreída

que estimula enredos,

sapiencia altiva
que define lo que es cierto,
borrachera de juzgar
lo que no se sabe si es verdad
o simplemente su cuento.

Exigencia desentendida
voraz de imponer criterio,
sin mirarse al ombligo
determina en comadreo,
lo que es malo,
lo que eres y no eres
y lo que está sucediendo.

Y por justificar la ausencia,
la opresión sale al juego
que por defenderla a ella,
con la exigencia pone el velo
para que al clavar la daga
parezca que es un invento
de quien queda moribundo
arrodillado en el suelo

por la puñalada de la ausencia

que ríe por sus adentros.

Vivir es una fiesta

Vivir es una fiesta
y en ella estamos
compartiendo alegrías
y desencantos,
que vivir traer de todo
hasta lo no esperado.

Vivir es una fiesta
bailemos un rato,
con vosotras se disfruta
y el tiempo es grato,
riendo en lo serio
llorando en alto,
siendo cada una su esencia
que es lo honrado.

Vivir es una fiesta,
compartiendo espacios
amenos, enteros
y hasta agotarlos...
estaremos juntas
con el paso de los años.

Con el tiempo que me queda

Con el tiempo que me queda
en la tierra,
volaré como me dejen mis alas,
con el tiempo que me queda
viviendo,
dejaré atrás lo que ata.

Y atan los dolores,
atan las luchas,
los encuentros enfrentados,
atan las dudas,
los rencores no olvidados,
los desalientos,
los te quiero no dichos,
ata el lamento.

Con el tiempo que me queda
entre los míos
soltaré hijos,
hermanos, padres, amigos,
soltaré destinos,
no haré lo que otros esperan
y seguiré mi camino.

Con el tiempo que me queda
en el olvido
estaré con aquellos
que hagan sitio,
en sus vidas, 

sus amores

y compartiendo lo sentido.

Un seis

Seguido del cinco llegaste 
más tarde de lo esperado,
querías venir al mundo
despacito por si acaso,
por si acaso te perdías
como al final fue pasando.

Bebé regordete en brazos,
igual que tu corazón
que desprendías saltando,
queriendo ayudar a otros
sin estar tú aún salvo.

Y las amistades, muchas,
de tu corazón amplio
han hecho escarnio,
aprovechando tu duende,
tu alegría y tus llantos.

Te perdiste en el camino,
difícil poder hallarlo
y como Pinocho de niño,
de tu títere tiraron
hasta que dijiste basta,
saliendo y dando portazo.

Ya estás de nuevo a tu vera,
recogido por tu encanto,
no pierdas esta vereda
que te lleva a tu reinado,
a partir de ahora te espera
un recorrido muy largo,
que aún hay vida para encontrarte
con tu gran ser,
el que dormiste en un vaso.

Peniel

Acoger al abandono,
atender a quien lo quiere,

librar con ellos batalla

con esfuerzo duro y valiente,
que sujetar sus tristezas,

sus modos y sus haceres,

no es fácil en estos tiempos,

ni en los que vienen. 

Lugar prodigio
que cambia aflicciones,

de vidas perdidas

en mar de dolores,

donde sus tormentas

vienen al encuentro

de sus barcos varados

por oleajes fieros.

Mueve del sitio
abriendo balcones

ante puertas cerradas

por sus sinrazones,
para dejar huecos
a antiguos olores,
los que huelen a padre
con consejos protectores.

Amor en el alma,
cariño en las manos
palabras que calman
y llenan de ánimo
a seres benditos

llegados a infiernos,

los que se olvidaron

para qué vinieron.

Gracias por el arropo
gracias por los rezos
gracias por ayudar
al que estaba enfermo,
gracias por decirles
que tienen sitio
tanto en la tierra

como en el cielo.

Olimpo

Dentro,
muy dentro el duelo,
tan dentro
que duelen las entrañas
por no poder resolverlo;
sí, está dentro,
como un agujero negro
en el universo.

Profundo,
muy profundo el miedo,
tan profundo
que duele el alma
por perderlo;
sí, está profundo,
como úlcera sangrante
en un frágil cuerpo.

Doliendo,
doliendo cruelmente veo
como cae un trozo
de mi esencia
al desahucio necio,
a la nada baldía,
en el desidioso tedio,
sobre una cama vacía
de amor propio,
de vida
y  de sueños.

Privada de parte, le veo,
abúlico e indiferente,
y recogido por el viento
que le arrastra a la deriva
fondeándolo en el cieno
que le dice que es su casa
cuando su lugar está
en el olimpo de los griegos,
lo más alto entre lo alto,
el hogar de los dioses eternos.

Esperaré

Se convirtió en orco
el duende bueno,
en caimán astuto
el cordero tierno,
ahora es hiena riendo
ante fallidos encuentros.

El cachorro juguetón
ahora indolente en su juego,
engaña para ocultarse
como hace el lobo en un cuento,
pega zarpazos de oso
aquel que era un ciervo,
y entre artimañas se mece
para hacer suyos sus deseos.

Ignora a quién le quiere,
blasfema de quien le dio cuerpo,
se cree sus propias mentiras
y hace real lo que no es cierto,
se respalda en lo que quiere
da la vuelta a lo que es bello,
tapa con medias verdades,
rechaza su buen talento
y de los años vividos
se queda con el rencor terco.

Quizás tenga que pasar
por ser monstruo
antes que elfo,
vivir lo que no se debe
antes de oírse por dentro,
permanecer en las sombras
para tocar luego el cielo.

Mientras estaré alejada
para no ser de su ira centro,
entretanto apartaré mi ala
para no ser quebrada de nuevo,
durante este tiempo largo
haré como que no le quiero
y agazapada llorando
esperaré a su ser de nuevo.

Cinco

Número cinco
algunos la llaman,
la cinco de siete
en la mitad plantada,
una cinco que fue todo 

y a la vez, nada.

Primer año a madre pegada
llorando si alguien se acercaba,
su madre lo era para ella todo
y para la madre una más en danza,
la cinco que atender sin tiempo,
la quinta de una prole larga.

Y aprendió a no hacer ruido
cuando el sexto llegó a casa,
calladita en lo sumiso
en su casa saturada,
que por no molestar sigue
de puntillas, sin demandas.

Aún se levanta en sigilo
para no despertar al alba,
aún si enferma se autolame
por no dar guerra al que sana
y sigue teniendo de niña
el hábito de limpiar manchas.

Y si ha demandado algo,
le han hecho pagarlas caras,
porque su sitio es el cinco,
el lugar de la que calla,
de la que deja que le quiten
rechistando poco o nada,
porque ese es el lugar que ocupa,
la quinta de esa camada.

Café

Un café bebido
estando a tu lado,
saborearlo muy lento
recordando lo logrado
y repasando momentos
por los que los dos pasamos.

Un café tibio
para no quemarnos
como hemos hecho hasta ahora
despacito y sin pensarlo,
porque lo bueno de vernos
es que aquí hemos llegado.

Un café intenso
mezclado con leche
para no quitar el sueño,

y dar descanso a la mente,

que hay veces que este recreo

permite momentos

de un reposo tierno.

Café maduro
de olor con peso,

que tiene el carácter
arraigado dentro,
igual que el café.
fuerte, caliente y denso
es tu presencia en mi vida
y lo seguirá siendo.

Perlas, espinas y flores

Perlas y espinas

las que la vida nos brinda

para devolver sonrisas,

podemos entre espinas y flores

ofrecer al mundo

un gran sinfín de colores

en medio de negros grises

o debajo de marrones.

Flores, espinas y perlas

se intercalan en vivencias

para aprender lo que es nuestro

y de los demás sus señas,

porque la vida es un todo

y hay que buscar referencias,

de paz y de entrega al gozo,

en medio de las miserias,

con caricias por los hombros

que rebajan el peso

de las cargas que uno lleva.

Gracias por estar conmigo

ofreciéndome tus flores,

con perlas por mi camino

sin espinas que me rompen,

para que nada me duela

para que nada me llore.

El deseado

Carece de tiempo

el deseado

para tener satisfecho

a lo que él cree su rebaño,

porque con sus afaires

él es quien dice,

a qué hora viene bien

o es imposible.

Admirado en los chats

por ser guapazo

a la vez está maldito

canso y harto,

porque al hacerse rey

de altas y bajas camas

no encuentra el momento

de estar en calma.

En alas, por su presencia,

se siente deseado,

aunque a veces no alcance

a dar de todo a destajo,

que lograr atender

a su reino de amoríos

no es tarea fácil

ni está al alcance

de mediocres ni cretinos,

aunque para hacerlo

se encamine a ese destino.

El admirado

Carece de tiempo
el deseado
para tener atendido
todo su espacio,
porque en su grey
él es quien dice
lo que conviene bien
o lo inservible.

Admirado en su oficio
por lo logrado
a la vez está maldito
en su regazo,
porque al hacerse rey
de todas sus rehalas
le reclaman a solas
en sus demandas.

Ansiado por su presencia
se siente deseado
y eso le cuesta,
que lograr atender
al reino en entreforros
no es tarea fácil
bien sabemos todos.

Llegué luego

Llegué luego,

es cierto,

entré luego en su vida

y en sus proyectos,

tú estuviste primera

en los encuentros

y en sus sueños,

por ello te entiendo

y sé que cuesta desprenderse

de lo que creímos nuestro

aunque echara el vuelo

hacía ya tiempo.

No ocupo sitios,

no lo pretendo

porque tu sitio es tuyo

y siempre va a serlo,

el cariño que te tiene

da fe de ello,

por eso no tengo tu sitio,

ni lo pretendo.

No te inquietes,

sé que llegué luego

y que en su vida hay más cosas

que mi universo,

por eso le quiero,

con su pasado lleno

de muchos grandes momentos

contigo vividos

y que tienen su peso.

Perdóname si fui

la que llegué luego,

cuando en vuestro trayecto,

el camino de pareja

ya estaba hecho,

sólo nos sorprendió

la vida sin pretenderlo.

Vívele libre,

lo compartiremos

porque no es tuyo ni mío,

si no del viento que mueve

su ser por dentro.

Baila conmigo

Baila conmigo,

yo te espero,
espero a toda mujer
que quiera un baile 
entre mujeres sin miedos,
dispuestas a arropar almas
que necesites sus besos.

Baila conmigo,

aquí te espero,
no me dejes sola
que bailar esta milonga
sola no puedo.

Despidamos la rabia,

no se necesita

en nuestra morada,

escondamos el ego

que impide ver

lo bueno y lo bello.

Cuidemos a la niña

herida y violentada

por dolores ciegos

que esconden su alma,

respiremos aire de amor puro,

el que no excluye ni duele,

sólo fluye por el mundo.

Desahoguemos el reflejo

de los corazones viejos,

de los de antaño,

esos que tiran piedras

a la mujer por ramera,

por descubrir su belleza

a quien ellos no quisieran.

Despidamos a la bruja

con su manzana

y saquemos el hada

cuando esté guardada…

no hacen falta consejos

tan solo llevar a la práctica

lo aprendido en sueños;

querer un mundo sincero

con mujeres libres

de corazón lleno,

sororidad en los poros

y la paz en sus huecos.

Baila conmigo

yo te quiero,

y aunque a veces se me olvide

a ello vuelvo,

porque el dolor le daña

a un mundo no violento.

Mi igual

Mi igual,

así eres,

jugando en el viento

que sopla en mi lecho

y entre mis placeres.

Mi igual,

agitado por hormonas,

te das al juego eterno

en los pasadizos

de mi cuerpo que desboca,

y rompes tabús impuestos

con tus delicados dedos

que buscan acariciarme

por todos los recovecos. 

Mi igual, 

haciendo equilibrio

entre mis senos

y mi regazo,

balanceándote con el tiempo

que inexorable va pasando

hasta dejarnos cansas

en nuestro refugio blanco.

Igual eres,

mi igual hallado  

en nuestro mundo perdido

de negras nubes 

y azules claros,

de tormentas cruentas

y calmos ratos.