miércoles, 16 de marzo de 2011

Serás Hombre

Si la obra de tu vida puedes ver destrozada
y sin decir palabra, volverla a comenzar;
o perder en un día la ganancia de ciento
sin un gesto ni un suspiro...
Si puedes ser amante y no estar loco de amor,
si consigues ser fuerte sin dejar de ser tierno,
y sintiéndote odiado, sin odiar a tu vez,
luchar y defenderte...
Si puedes soportar que falseen tus palabras
los pícaros para excitar a los tontos:
y oir cómo sus lenguas falaces te calumnian
sin que tú mismo mientas...
Si puedes seguir digno aunque seas popular;
si consigues ser pueblo y dar consejo a los reyes;
y a todos tus amigos amar como a un hermano
sin que ninguno te absorba...
Si sabes meditar, observar, conocer,
sin llegar a ser nunca destructor o escéptico;
soñar, mas no dejar que el sueño te domine;
pensar, sin ser sólo un pensador...
Si puedes ser severo sin llegar a la cólera;
si puedes ser audaz sin pecar de imprudente;
si consigues ser bueno y logras ser un sabio
sin ser moral ni pedante...
Si alcanzas el triunfo después de la derrota
y acoges con igual calma esas dos mentiras;
si puedes conservar tu valor, tu cabeza
cuando la pierdan otros...
Entonces, los Reyes, los Dioses, la Suerte y la Victoria
serán ya para siempre tus sumisos esclavos
y, lo que vale más que la Gloria y los Reyes:
serás Hombre, hijo mío.

Texto encontrado, precioso texto.


sábado, 5 de marzo de 2011

Enorme

eohpoesía


Enorme,
su sencillez asusta,
grande,
su sentir intimida,
inmensa,
su generosidad inquieta.

Mujer anormal,
que expande su ser
y en su grandeza,
sorprende y ahuyenta
a esos espíritus ciegos,
que encerrados en su caja
sienten miedo
de la luz de un día
iluminado y bello.

Hablar de amor
suena raro,
dar lo que eres
extraño,
ser vida y pasión
como regalo,
extraordinario.

Algunos seres preciosos,
que solo están estrechados
con la perspectiva del ser humano,
están errados,
si la grandeza del sol deslumbra
porque es una preciosa estrella más
de las que en el universo
brillan y abundan.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Me esperaba

Me esperaba
en el frío de la mañana
él me esperaba,
para darme un beso,
para mirarme a los ojos
y estrecharme en su cuerpo.

Me esperaba
como en la puerta del cole
cuando de adolescente esperaba
a su chica a que pasara,
él me esperaba.

Me esperaba,
asomada la sonrisa,
y su voz que susurraba
mientras buscaba en mi mirada,
él me esperaba.

Y yo, sorprendida
en el momento,
me descubro de nuevo
como quinceañera
a la espera de su boca
y de su aliento.