La dureza del recuerdo
golpea mi alma,
mi ánimo, mi amor.
Pasa el tiempo,
pero el dolor profundo,
ese que se esconde
para no vivirlo,
asoma de nuevo.
Hace ya un año,
un año que se fue un amigo
y volvió solo su cuerpo vivo,
la misma cara, las mismas manos,
distinta mirada, distinta alma.
Igual de doloroso pensar
que lo que volvió fue lo que era,
que lo visto por mí en él nunca fue,
¿Creé yo al amigo o existía?
¿Inventada por mí la amistad
y absurdo llorar
algo que nunca
existió en realidad
o real y traicionada?
Que más da a mi corazón,
cuando asoma el dolor.
Hoy que el recuerdo golpea,
lloraré en honor a la amistad,
en honor al amor de amigo,
en honor al respeto de amigo.
El mayor dolor vivido,
el que me hará llorar
cada vez que lo recuerde de verdad,
la pérdida de un gran amigo.
Inventado o vivido,
mi alma alguna vez llora
la pérdida de lo que creyó
un buen amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dedicar tu tiempo a este blog y compartir tu opinión