martes, 7 de abril de 2020

Así de simple

Hablar agrediendo
es la impotencia del miedo,
la frustración o el desprecio,
la ignorancia echa versión
o un abortivo amor
enmascarado en un te quiero.

Expresarse agrediendo
es animal, obsceno,
cobardía del amor escaso 
y fuerte desprecio,
así de simple
y así de cierto.

Enfrente el amor,
tranquilo y sereno
ante la fiereza del desasosiego
y del veneno en los labios
derramado por el ego.

Criticar agrediendo
es virulencia encendida
que impregna el ánimo,
y arrastra en su corriente
a quien no está calmo,
al que esconde entre las cenizas
las huellas de su pecado.

Conversar agrediendo,
juzgando y dando por hecho
lo que no es cierto,
no es diálogo, ni amor,
ni tan siquiera aprecio,
es querer aplastar al de enfrente
así de simple
y así de cierto.

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