No se como he llegado aquí,
en algún momento del camino
me tropecé y caí,
como Alicia en su jardín.
No se porqué estoy así,
con la piel hecha girones
de los golpes que me di,
ni sé en qué me perdí,
cuando todo estaba entero,
lo rompieron para mí.
De todo lo que he vivido
algo falto por venir
y no sé cuanto me queda,
pero el reto sigue ahí,
de la nada resurgir.
Y ahora me reencuentro
lidiando con mis miedos,
mis dolores y mis frenos,
mis temblores de alma
que provocan mis incendios
que lo arrasan todo
dejando abonado el suelo.
Ilusiones escondidas
ando buscando de nuevo,
como en un juego de niños
en el que se empieza de cero,
¡Te la quedas!
Si, me la quedo.
Me la quedo
y empieza el juego,
con todas las perspectivas,
con todo el campo que veo,
terreno a sembrar de nuevo
ahora que empiezo,
ahora que de mis manos nace
en un big-bang
la luz de un basto universo.
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