Un 29 de agosto como otro cualquiera de cualquier año, de cualquier siglo...... un 29 de agosto que para mí quedará marcado por habernos dejado un hombre que me ha ayudado a comprenderme y a comprender mejor a los que me rodean.
Irradiaba paz, armonía, serenidad y sabiduría de vida, aunque jamás lo conocí personalmente, la influencia serena que me ejerce, me alivia en los momentos duros de vida.
Gracias Weyne Dyer.