martes, 25 de agosto de 2015

Saco roto


Se revuelven las aguas
en las que nadamos,
se vuelven oscuras
por tus residuos humanos
y se espesan atrapando
el cariño y el amor
que flotaban lesionados.

Y tu vómito me revuelve
y tus heces me noquean,
se me aturde mi entusiasmo
y mis ganas se mueren de pena,
mientras tú
impasible y altanero
esquivas y zarandeas
mi corazón dolido
de nuevo por tu ceguera.

Se me marchó la espera,
ya no quiere que le quieran,
se resguardó la niña
que en nuestra última conversación
habló entera y bella,
se acabó lo que se daba
porque al saco roto nunca llena.

Con pena por lo que siento,
porque el querer no se apea,
me marcho sin hacer ruido
y con la cabeza entera,
antes de que me la corten
tus enfados y tus miedos,
tus luchas y tus problemas,
que me quiero bella
como soy por dentro y por fuera,
con la cabeza bien alta
y sin rencor en las venas.





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